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Esperanza Noriega: Más de 50 años de tradición artesanal en el mercado Hidalgo en Guanajuato

En el segundo piso del emblemático Mercado Hidalgo de...

noviembre 8, 2023

En el segundo piso del emblemático Mercado Hidalgo de Guanajuato, se encuentra un rincón de tradición y artesanía mexicana que ha perdurado por más de medio siglo. La responsable de este espacio, la señora Esperanza Noriega, es una artesana de corazón cuyo legado familiar se remonta a su infancia. Desde hace más de cincuenta años, la señora Noriega ha mantenido viva la tradición de la artesanía en su puesto, un oficio que heredó de su padre, el reconocido alfarero guanajuatense, Roberto Noriega.

La tienda de Esperanza es un verdadero tesoro de artesanía mexicana. Ofrece a los visitantes una variada selección de productos que van desde coloridas Catrinas y alebrijes hasta aretes, tazas, blusas con decorados tradicionales, guayaberas, ponchos y recuerdos de la ciudad. Los turistas que deambulan por su local no pueden evitar sentirse atraídos por la riqueza y autenticidad de las creaciones a la venta.

Lo que hace especial a la tienda de Esperanza es su compromiso con lo “puro mexicano”. Ella afirma: “Vendo de todo, artesanías mexicanas, puro mexicano”. Sus palabras son un reflejo de su pasión por apoyar a los artesanos locales y nacionales. Para ello, viaja a diferentes regiones de México en busca de productos auténticos. Los alebrijes provienen de Oaxaca, y las guayaberas, orgullosamente de Mérida, Yucatán.

Una de las joyas de su tienda son las Catrinas, que son creadas por las hábiles manos de un artesano al que Esperanza se refiere como Luis. “Es muy buen pintor, es muy buen escultor, todo esto lo hace él”, dice con admiración. “Mis respetos para este muchacho”.

Roberto Noriega, el padre de Esperanza, fue un destacado alfarero de Guanajuato. La mención de su padre evoca en ella una sonrisa y una oleada de recuerdos compartidos con Periódico Correo: “Mi padre es de herencia de alfareros, era de los mejores torneros de aquí de Guanajuato, mucha gente lo conocía”. La alfarería Noriega, que dirigía con pasión, dejó una huella imborrable en la comunidad. “Mi padre con las manos hacía sus mezclas para hacer sus cosas, unas cosas impresionantes”.

Esperanza todavía atesora algunas de las creaciones de su padre, objetos de barro que él inmortalizó con su destreza. “Tengo floreros, tengo jarritos, tengo juegos de café, tengo juegos preciosos, los juegos él los hacía en el torno”.

La artesanía y el oficio de alfarero son tradiciones que han estado en la familia de Esperanza durante generaciones. Sus tíos también eran maestros alfareros que creaban piezas únicas, como “el arrocito” y otras ollitas y cazuelitas. Sin embargo, lamenta que las generaciones más jóvenes no parezcan interesadas en aprender y preservar este legado. Ella sostiene con firmeza: “Lo tradicional de Guanajuato era la alfarería, ¿cómo no lo voy a saber yo, si yo dependo de una familia de artesanos alfareros? Ya a los jóvenes no les llama la atención”.

La niñez de Esperanza estuvo ligada al entorno de la alfarería de su padre. Recuerda con cariño sus días de infancia, explorando los paisajes de Guanajuato, cortando garambuyos y nopales en las pilas del cerro donde su padre tenía su taller.

El legado de Roberto Noriega, además de su habilidad en la alfarería, también incluyó su faceta como comerciante. La familia tenía un puesto a las afueras del Mercado Hidalgo, donde Esperanza aprendió los secretos del oficio. “Mis padres estaban allá afuera, les dieron un puesto aquí adentro y se metieron (…) mi negocio es mi vida. Orgullosamente de Guanajuato y del Mercado Hidalgo, de aquí hemos tenido, muchos, lo que tenemos (…) mi mercado no lo cambio por nada”.

Esperanza Noriega personifica la pasión, dedicación y amor por la tradición artesanal mexicana. Su puesto en el Mercado Hidalgo es un testimonio vivo de la rica herencia cultural de Guanajuato y un recordatorio de la importancia de preservar y apoyar a los artesanos locales. Con más de medio siglo de experiencia, su compromiso con lo auténtico y su amor por la artesanía mexicana son un ejemplo inspirador para las generaciones futuras.

 

Fuente: Periódico Correo

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