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Estudiantes guanajuatenses sobreviven al paso de “Otis” en Acapulco

Mientras las autoridades informaban sobre los devastadores efectos del...

octubre 27, 2023

Mientras las autoridades informaban sobre los devastadores efectos del huracán “Otis” en Guerrero, un grupo de jóvenes guanajuatenses compartió sus experiencias inolvidables de haber vivido la furia del fenómeno en esta turística ciudad costera. A pesar de los momentos de angustia y miedo, lograron regresar a salvo a Guanajuato, llevando consigo la lección de una experiencia que no se le desearía a nadie.

Jorge Alberto Rodríguez, un estudiante de 22 años y alumno de quinto semestre de la Facultad de Minas de la Universidad de Guanajuato, fue uno de los participantes en la XXXV Convención Internacional de Minería, que se llevó a cabo en Acapulco. En medio del evento, el huracán “Otis” comenzó a golpear la región. Jorge compartió sus vivencias, describiendo la situación en aquel momento: “Al principio nos asomábamos por la ventana y se miraba lo que se estaba destruyendo afuera, pero después ya se quebraba todo, las ventanas y hasta puertas, fue muy difícil resistir todo eso”. Además, señaló que se sintió un sismo en el lugar, lo que empeoró la situación.

La angustia se prolongó cuando los daños causados por el huracán impidieron el regreso a Guanajuato el miércoles. Finalmente, después de una larga espera, lograron salir de Acapulco a las 13:30, todos ilesos pero con una experiencia que no olvidarán. Jorge Rodríguez Martínez expresó: “Afortunadamente salimos de Acapulco ilesos, pero con la angustia vivida”.

Jhoana, otra de las estudiantes que vivieron esta experiencia, agradece que, a pesar de los momentos difíciles, todo quedara en un susto y pérdidas materiales. Ella compartió sus sentimientos sobre el viaje que inicialmente planeaban para divertirse y aprender en la convención: “Éramos estudiantes que íbamos con la intención de divertirnos y pasar un buen momento en la convención, pero fue todo lo contrario. Fue una experiencia muy desagradable que no se le desea a nadie”.

Jhoana recordó la noche en que el huracán azotó la ciudad: “Cuando llegó el huracán empezó a hacer mucho aire, se estrelló una ventana y después se fue la luz, ahí el personal del hotel decidió bajarnos al primer piso. El encargado nos decía que nos resguardáramos en el restaurante, pero ahí todo era de vidrio y no podíamos estar ahí porque los vidrios tronaron y todo lo que estaba en la recepción voló. No quedó nada”.

Finalmente, los 47 alumnos de la Universidad de Guanajuato regresaron a salvo en el mismo camión que los llevó a Acapulco, después de un accidentado viaje de más de 20 horas. Su experiencia sirve como un recordatorio de la fuerza implacable de la naturaleza y la importancia de estar preparados para afrontar situaciones inesperadas.

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