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La innovación en productos cotidianos: la ventaja invisible

La innovación en productos cotidianos es clave para transformar...

julio 30, 2025

La innovación en productos cotidianos es clave para transformar hábitos y resolver necesidades.

La innovación en productos cotidianos a menudo pasa desapercibida, pero su impacto es profundamente transformador. Lejos de ser futurista, se manifiesta en objetos que usamos a diario, como una esponja más eficiente, una cinta más resistente o un empaque más fácil de reciclar. Estos artículos demuestran cómo la ciencia aplicada con un propósito claro puede revolucionar nuestros hábitos, satisfacer necesidades humanas reales y construir marcas duraderas.

En América Latina, y particularmente en México, este enfoque es crucial. Los desafíos sistémicos, la presión ambiental y la volatilidad económica exigen soluciones prácticas y tangibles que mejoren la vida de las personas.

El poder de la innovación silenciosa

La innovación más poderosa se integra de manera tan natural en nuestra rutina que se vuelve indispensable. Un ejemplo claro es la cinta adhesiva Scotch, que ha evolucionado para incluir materiales vegetales, dispensadores recargables y empaques sin plástico. Lo mismo ocurre con la esponja verde y amarilla Scotch-Brite, que, después de más de 65 años, ha sido rediseñada para ser más duradera, limpiar mejor y fabricarse con fibras recicladas y materiales naturales.

No se trata de revoluciones drásticas, sino de ajustes inteligentes que buscan mejorar la vida de las personas sin añadir complejidad. En un contexto donde millones de mexicanos enfrentan la inflación, la contaminación y la sobrecarga de tareas, la innovación debe traducirse en productos que generen confianza, sean duraderos, accesibles y estén alineados con los valores actuales del consumidor. Un producto que reduce el desperdicio o simplifica una tarea construye una conexión emocional duradera.

Sostenibilidad y el giro cultural en la innovación

El contexto latinoamericano, con su mosaico de realidades culturales, logísticas y sociales, exige una innovación adaptable, empática y profundamente conectada con lo local. Las señales son claras: según Kantar LATAM, el 85% de los hogares mexicanos ya consideran la sostenibilidad como un factor clave al comprar productos para el hogar. Esta tendencia va más allá de los materiales reciclables; los consumidores esperan que las marcas sean parte activa de las soluciones sociales y ambientales.

En toda la región, se observan iniciativas como programas de reforestación, voluntariado comunitario y cadenas de reciclaje que demuestran cómo la ciencia se aplica para un progreso sistémico y localizado. Estas acciones no son solo filantropía; son parte de una estrategia de innovación que fortalece cadenas de valor, reduce riesgos regulatorios y genera capital reputacional a largo plazo. En un mundo cada vez más digital, los productos físicos que tocamos y usamos cada día adquieren un nuevo valor, recordándonos que la innovación no siempre tiene que ser futurista para ser transformadora.

Fuente: El Financiero

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